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¡Peligro! Abejas africanas en Doña Ana

De acuerdo a medios periodísticos locales se halló una colonia de más de 100 mil bejas africanas en el área de Doña Ana. Esta alta cantidad llamó la atención de las autoridades requiréndose ayuda professional para attender la situación. Investigamos la historia y comportamiento de estas abejas. En este articulo exponemos algunos puntos relevantes.

En la década de los 60, la prensa se hizo eco de un caso que puso encendió focos de alerta: la cruza entre dos abejas de miel había creado un nuevo organismo “imparable, agresivo y letal”. La abeja asesina había llegado.

El origen de las abejas asesinas

La abeja de miel más famosas distribuida por todo el mundo. Muchas de ellas (sobre todo las europeas) han sido importadas alrededor del mundo debido a su enorme importancia como polinizadoras y productoras de miel.

El origen de las abejas asesinas se encuentra en la subespecie A. mellifera scutellata o abeja africana, originaria de África subsahariana y del sudeste de África. A diferencia de las abejas europeas, éstas son muy agresivas. Estas abejas híbridas, junto con las abejas africanas originales son las que recibieron el sobrenombre de abejas asesinas.

En los años 50, la importación de abejas europeas a América era una práctica habitual. Sin embargo, en Sudamérica el rendimiento era bajo debido al clima tropical. En el año 1956, el científico brasileño Warwick Kerr propuso la importación de abejas de la miel africanas a Sudamérica, pues sus requerimientos climáticos encajaban con el clima de Brasil; aun así, quedaba pendiente solucionar el problema de la agresividad. La idea del Dr. Kerr era obtener una variedad dócil que fuese productiva en climas tropicales mediante la selección artificial y el cruzamiento de abejas africanas y europeas. Todo habría sido un éxito si no fuera porque algunas abejas experimentales se escaparon durante el proyecto, formando rápidamente nuevas colonias e hibridándose con abejas europeas (salvajes y en apiarios), dando lugar a las ya mencionadas abejas africanizadas, más agresivas y menos productivas de lo que Kerr esperaba obtener. Actualmente, estas abejas se encuentran distribuidas por todo el continente americano. En Estados Unidos, su límite se halla en los estados sureños, pues su origen tropical frenó su avance hacia el norte.

Diferencias

Uno de los problemas era diferenciar a las abejas europeas de las africanas y africanizadas, pues son prácticamente idénticas a simple vista. Sin embargo, su estudio ha permitido constatar dos diferencias: tanto africanas como africanizadas son ligeramente más pequeñas (aprox. 10%) y sensiblemente más oscuras que las europeas.

Más peligrosas

Son más agresivas. En Europa se han seleccionado y criado variedades dóciles Mientras que las europeas atacan en números no superiores de entre10-20, las africanas lo hacen en grupos de centenares, pudiendo causar entre 100 y1000 picadas. Por otro lado, el territorio que defienden alrededor del nido es muy superior y el estímulo que necesitan para un ataque es más bajo.

Facilidad para formar enjambres. Las abejas europeas forman enjambres (cuando unas cuantas abejas parten con la abeja reina para formar una nueva colonia) de 1 a 3 veces al año, mientras que las abejas africanas pueden llegar a formarlos hasta 10 veces al año, más aún si se sienten amenazadas.

Las abejas africanas son poco selectivas para escoger donde nidificar. Pueden encontrarse en una gran variedad de espacios, sobre todo pequeños: cañerías, cubos de la basura, grietas de edificios o agujeros en el suelo. Las obreras de un enjambre de abejas africanas que aterriza en el nido de una colonia de abejas europeas empiezan a intercambiar comida y feromonas con las obreras europeas; de esta manera, las abejas europeas dejan de verlas como intrusas y las adoptan dentro de la colmena. De pronto, en algún momento del proceso la reina europea muere y es sustituida por la reina africana. Así, las abejas europeas son sustituidas por abejas africanas.

mente más cercanos a las europeas y generalmente resultan menos agresivos.

Riesgo para la salud pública

Tanto el número de picadas que reciben sus víctimas como la ferocidad de su ataque, su gran versatilidad a la hora de escoger un lugar donde nidificar y su sensibilidad ante cualquier movimiento, ruido o vibración (pudiendo desencadenar la formación de enjambres), son motivos suficientes para considerarlas un peligro para la salud pública. Los casos más alarmantes de ataques suelen ser hechos aislados, y lo que realmente preocupa son los niños, personas grandes y enfermas o incapacitadas y los animales domésticos, los cuales tendrían más dificultades para huir y sobrevivir a un ataque, aunque éste no fuera masivo. A pesar del riesgo que suponen, actualmente la situación está muy controlada gracias a que su estudio y seguimiento han permitido poner en marcha diferentes medidas para tener un buen control de sus poblaciones e, incluso, sacarles provecho. Por ejemplo, en Centro y Sudamérica hace años que las crían para producir miel y polinizar habiéndose convertido en grandes productores a escala mundial. Para ello, aplican medidas con los nidos algo diferentes, como dejar que se desarrolle una única colonia por colmena.

Aunque la “abeja asesina” pueda resultar peligrosa dado el caso, no debería considerársela un mal mayor dada la enorme cantidad de información y control que existe actualmente sobre sus poblaciones. Sin embargo, una vez más se demuestra que la interacción del ser humano en el medio ambiente y la introducción de especies no nativas puede jugar malas pasadas…