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Las abejas necesitan grandes cantidades de néctar y polen para sostener sus colmenas; visitando numerosas flores para obtener el néctar necesario, por eso son polinizadores muy eficientes sobre todo en la agricultura. Las abejas ayudan a la conservación de la flora nativa. Las abejas y abejorros polinizan las 2 terceras partes de las plantas con flores que hay en el planeta.

La polinización es el proceso en el que el polen (ese polvito que desprenden las flores y que a algunos provoca alergias), llega hasta el estigma de la flor, fecundando sus óvulos para producir frutos y semillas. El uso de pesticidas y el cambio climático han provocado una drástica disminución de la población de abejas.

Algunas especies de abejas pueden colectar néctar y polen de gran variedad de flores; otras son bastante específicas en sus preferencias por polen.

Durante sus aproximadamente 50 días de vida, una abeja obrera realizará doscientos mil vuelos para recorrer aproximadamente 40 kilómetros, tiempo en el cual habrá libado néctar de unas 7.200 flores para producir 5 gramos de miel. O sea que, para producir un kilogramo de miel se requiere que 200 obreras visiten aproximadamente entre 1.4 a 4.5 millones de flores.