Van al lavadero de autos. Dejan su vehículo allí y una vez que ya está listo Raúl Pinto se acerca al empleado y le dice que su esposa dejó uno de sus aritos en el coche antes de que lo limpiaran. Entonces pide si lo dejan revisar la bolsa de la aspiradora y manda a sus hijos a revolver el polvo y la basura.Patricia esposa de Raúl dice: “A los niños les encanta ir porque es como una búsqueda del tesoro para ellos, hemos encontrado auriculares, joyas, monedas, muchas cosas”.
Una vez que hayan vaciado la bolsa de todos sus objetos de valor, Raúl colocará un arete señuelo entre el polvo para luego avisar al empleado que encontraron lo que buscaban. “Ir al lavado de autos es como jugar a las máquinas tragamonedas: sé que voy a recuperar el dólar que aporté”, aseguró Raúl.
Exprimir cada centavo
Su día de ahorro los llevará luego a un restaurante donde también despliega sus secretos para ahorrar. “Como somos una familia de seis y consumimos mucha comida tengo que tener mucho cuidado de no excederme del presupuesto”, explica Raúl ante las cámaras.
En lugar de pedir seis comidas y seis bebidas, Raúl hace que sus hijos tomen agua de la llave, mientras que él y su esposa comparten una recarga ilimitada de café. Luego, la pareja pedirá un sándwich club cada uno, antes de pedir dos platos adicionales cada uno y un poco de lechuga y tomates adicionales a un lado. “Los comensales suelen servir estas porciones enormes, un sándwich club es como poner dos o tres sándwiches en uno y siempre obtengo la lechuga extra para hacerlo un poco más voluminoso”.
Pidieron comida para dos y en total consumieron 6, un negoción que se completa con una bajeza: antes de regresar a casa, la familia se llena los bolsillos con todas las bolsitas de salsa, azúcar y sal que pueden llevar. Sobre esto, Mónica, la hija mayor, dice: “Las camareras piensan que somos psicópatas, nos miran con las miradas más sucias que he visto en mi vida”.
Además, el hombre pone un límite de tiempo para utilizar la heladera: “Solo se puede abrir las puertas del frigorífico una vez al día. Tienen 24 segundos para hacerlo, y si no lo hacen en ese tiempo, es una lástima”.