Hay cosas que son difíciles de explicar, no por la forma en que se hacen sino por lo fácil que hubiera sido hacerlas con delicadeza y sin que nadie se dé cuenta. Quedan solo dos alternativas, que no importe o que haya una gran falta de refinamiento político.
Ni siquiera una semblanza de hacer creer a la población que se la tiene en cuenta, no señor. El Zorro anduvo haciendo preguntas y llegó a la conclusión de que algunos gobernantes y, sobre todo, los administradores de cosas que se hicieron con la lana de “todos y todas” piensan que se ven más interesantes si no saben decir ni siquiera pio en el idioma de sus sufridos contribuyentes que -curiosamente- les pagan sus sueldos.
A ver si nos entendemos: El Distrito Escolar publica anuncios en español en un periódico en inglés y dice que les sale barato. O sea, desperdiciar un poco es mejor que poner cosas que la gente pueda entender… y miren que se trata de las mismitas escuelas que educan e los escuincles. Encima, las “Noticias-del-Sol” no se ven en muchas partes… ¿será que alguien decidió que hablar en ‘spanich’ es como de segunda o tercera categoría? O seguimos en los tiempos donde se castigaba con reglazos a los que “no-entienden-que-esto-es-América-y-aquí-se-habla-como-nos-dicen”. Viene a la memoria la discusión al aire entre un presentador de la cadena Fox y el de las noticias de Univisión donde el gringo le reclamaba al otro que “LOS TACOS SON UNA COMIDA DE ESTADOS UNIDOS Y QUE LOS MEXICANOS SE APROPIARON DE ELLOS”. O sea que no les alcanza rebajar a la raza con eso de que tienen que hablar, vestirse y pensar como ellos sino que además ya los tacos están al nivel de una hamburguesa… pronto van a aparecer los Happy Meals de tacos… solo hay que esperar y empezar a practicar “Iou quiero un Jappi Mil de taquitous”… (en la siguiente edición les tomaremos examen así que vayan practicando).
El Zorro seguirá luchando para que se respete a la raza y se entienda que somos nueve de cada diez en la frontera y más de la mitad en el Condado. No se trata de que “Inglich” o “Spanich”, sino que aprender a convivir y aprender unos de otros. Ni salsa o cátsup ni tacos o hamburguesas, todos son bien sabrosos y cada quien que elija lo que guste, quizás hasta de las dos formas. Al final se darán cuenta que hay que conocer para poder elegir y que imponer por la fuerza es como querer obligar a un bebé a comer la papilla cuando no tiene hambre.
El Zorro se despide con un consejo que la experiencia le enseñó:
No es super-cool avergonzarse de lo que uno es, pero si es arriesgado políticamente enojar e incomodar a los que votan y pagan impuestos.