POR ISMAEL CALA
El Día Mundial de la Salud Mental se celebró recientemente en un escenario complejo. De acuerdo con una investigación de la Universidad del País Vasco (España) sobre los efectos de la pandemia, ahora hay mayor incertidumbre y preocupación por padecer el Covid-19 o perder a seres queridos; una disminución de la confianza y el optimismo, sobre todo en mujeres y en personas en mala situación laboral; y un aumento de la irritabilidad, otra vez con mayor afectación para mujeres y desempleados.
Si no actuamos ahora, al unísono de la investigación con vacunas y tratamientos, el panorama post-pandémico será desolador para la salud mental de millones de personas.
Y actuar, obviamente, no es recetar más antidepresivos o ansiolíticos, ni construir más hospitales psiquiátricos. Ambas acciones son necesarias para atender algunas consecuencias; sin embargo, la idea es ser proactivos y evitarlas.
En respuesta a la sensación de ansiedad, según la consultora Llorente y Cuenca (LLYC), se ha producido un cambio rápido y amplio que pasa del “concepto de wellness [bienestar], centrado en el individuo, al de wellbeing [bienestar integral], una visión más holística que engloba a diferentes personas y sectores de nuestras sociedades”.
¿Qué significa esto? Una llamada a la participación de toda la sociedad en los beneficios del bienestar.
El wellbeing se define como el estado de satisfacción y tranquilidad que presenta una persona, gracias a sus buenas condiciones físicas y mentales.
“Si las sociedades y las empresas no son capaces de centrarse holísticamente en el bienestar de las personas (lo que incluye la salud física, emocional y espiritual), será casi imposible crear redes de seguridad que permitan a los ciudadanos volver al trabajo y ser productivos”, explican desde LLYC.
Por ello, siempre he apostado por los programas de bienestar en todas sus aristas: emocional, físico, social y financiero. Es lo que sucede cada noviembre en el evento “En Cuerpo y Alma”, que este año se celebrará en versión online, con un acceso más universal, más expertos y con la energía empoderadora y transformadora de siempre.
Para mantener el equilibrio en tiempos difíciles, “hay que agarrar al toro por los cuernos” y ponerse en marcha, como refleja un dicho popular.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia ha perturbado o paralizado los servicios de salud mental en el 93% de los países. Y, si como dice la propia OMS, la salud mental está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento, entonces busquemos nuestras propias herramientas. Vida saludable es mucho más que curarse o protegerse de una enfermedad.