Como es tradición cientos de creyentes católicos subieron a la cima del Monte de Cristo Rey en el marco de la celebración de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, para reforzar y validar su vida de fe. Niños, jóvenes y adultos caminaron cerca de dos horas y media por los senderos de la montaña que tiene una longitud de poco más de ocho kilómetros de ida y vuelta – 5 millas – llenos de entusiasmo para reunirse con su creador y la Virgen María en la cumbre. 

Los obispos Pete Baldacchino, de Las Cruces, NM, y monseñor Mark Seitz, de la Diócesis de El Paso, acompañados de 15 sacerdotes encabezaron la peregrinación hacia las alturas en donde celebraron una misa previa a la celebración del Redentor para cerrar el Año Litúrgico. 

“Dios estoy verdaderamente bendecido y vengo lleno de alegría porque me has dado una segunda oportunidad en la vida luego de pasar la prueba más grande de mi vida y sentir tu grandeza. Soy digno de tu nombre por haber mantenido mi promesa”, dijo Gilberto Romo, quien acudió y compartió con su familia el preciado momento. 

Él, como cientos de peregrinos mostró su regocijo al poner su angustia y sus problemas en manos de Dios. “Ante cualquier adversidad siempre hay una luz al final del túnel”, dijo entusiasmado. Y es que para todos los creyentes la fe es la fuerza de todo cristiano y es necesario transmitirla dando testimonio de amor y por medio de sus vivencias. 

¡Cristo, Rey nuestro! Venga tu Reino” dijo visiblemente invadida por su fe la señora Martha Lara, quien junto con su hija Cristina empezó la caminata para luego subir sin problemas la elevación del terreno de la sierra. A sus 78 años de edad y, apoyada con un bordón escaló con tranquilidad y sin contratiempos los caminos de la cordillera mostrando su buena condición física. Su hija siempre cuidó de ella y cargó con las cinco veladoras que depositaron al pie del altar de la Virgen. 

“Señor Jesús, creo en ti, pero ayúdame a creer con firmeza. Espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza”, expresó la devota que orgullosa ha logrado transmitir su fe a sus hijos, nietos y bisnietos. 

De acuerdo a los organizadores la gente empezó a llegar desde las 6 de la mañana, algunas arribaron caminando y otras en automóvil, para emprender la ruta hacia la cúspide con el fin de participar estrechamente en la vida y misterio de Jesucristo, ofreciendo sus obras y pedir perdón por los pecados, reparar las ofensas, pero sobre todo ofrecerse a sí mismos como todo buen cristiano. 

De acuerdo a Rubén Escandón Jr., vocero del Comité de Restauración del Monte de Cristo Rey, la afluencia de peregrinos este noviembre no se compara a aquellos años en que se celebraba el último domingo de octubre de cuando acudían entre 15 y 20 mil personas. Este año la cifra apenas alcanzó los cerca de dos mil fieles. 

“Este año como en los dos últimos, hemos visto un decremento de peregrinos debido al cambio de la fecha de celebración que se venía dando desde los más de 40 años en que se celebraba el último domingo de octubre”, expresó tras lamentar esa decisión. 

Explicó que la modificación se dio luego del nombramiento del Papa Francisco al cardenal Pete Baldacchino, como obispo de la Diócesis de Las Cruces, NM, quien decidió mover la celebración y volver a como estaba cuando se edificó el monumento religioso y también corresponder con la fecha de veneración de la Solemnidad de Cristo Rey, que se conmemora en noviembre de acuerdo al calendario Litúrgico. 

Expresó que con el cambio la gente se ha detenido y cancelado su participación en la peregrinación anual por diversas razones, una de ellas el clima que conforme avanzan los días se introduce a la época invernal. Indicó que esa baja de peregrinos ha impactado en las finanzas del Comité de Restauración del Monte de Cristo Rey, el cual subsiste con las donaciones de los fieles católicos que acuden al monumento. 

“El comité sobrevive en base a las ventas de los diversos artículos, recuerdos y alimentos que se ofrecen este día, pero al haber poca afluencia los fondos que se utilizan para el mantenimiento y mejoras del centro son limitados. 

Escandón Jr., manifestó que le han hecho saber al obispo Baldacchino del problema, pero se ha mantenido firme en su postura pese a los reclamos de los feligreses que le han pedido modificar la fecha de celebración. No obstante, y, aunque menos los católicos de la región y de otras ciudades de Estados Unidos y México no han dejado de participar ni dejado morir la tradición inculcada por sus antepasados. Afirmó que el primer año del cambio de fecha acudieron alrededor de 300 personas, el segundo subió a 900 y el tercero a 1, 500. Este año el número se incrementó ligeramente al llegar a dos mil. 

“Viene por supuesto gente de la región fronteriza, de Chihuahua, de Texas, Nuevo México, California, Colorado y otras partes del país”, dijo otro de los integrantes del comité mientras ofrecía los tan gustados burritos de diversos guisos, pan dulce, café, refrescos y agua embotellada. 

Indicó que hay muchas personas que vienen solas, otras en familia o grupos de los diferentes ministerios de las iglesias. Como es tradición los grupos de Matachines, que lucen sus singulares trajes coloridos y máscaras distintivas participan con sus danzas para rendir homenaje y venerar a la Virgen de Guadalupe. 

“Pos dándole gracias como cada año a mi virgencita y a papá Dios por todas sus bendiciones”, dijo Luis Escobar, después de presenciar el peregrinar de los matachines por medio de su danza con el fin de vencer al Diablo y resistir sus tentaciones para demostrar su lealtad al bien y a la fe cristiana. 

Según la iglesia católica, la fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey. La celebración de esta fiesta, que se renueva cada año, enseña también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes. 

La estatua de Cristo de cuatro pisos en la cruz fue construida en 1938-40 por el escultor Urbici Soler. La cima de la montaña está a 4,576 pies sobre el nivel del mar, en Sunland Park, N.M., cerca del cruce de México, Texas y Nuevo México. 

El monte Cristo Rey está abierto de forma limitada y solo se abre para eventos especiales planificados. Las personas pueden escalar por su cuenta y riesgo. No hay seguridad en el lugar ni primeros auxilios a menos que se cuente con un evento programado, informó el Comité de Restauración del Monte Cristo Rey. 

Con materiales de Jaime Torres