Por Levi Greenberg
Rabino de Chabad Lubavitch de El Paso
Janucá conmemora los eventos históricos de cuando el antiguo Imperio Griego Seléucida ocupó la Tierra de Israel, hace más de 2 mil 100 años, y lanzó una campaña agresiva para destruir la estructura religiosa comunitaria.
El judaísmo entró en la clandestinidad por un tiempo hasta que un puñado de judíos devotos, popularmente conocido como los macabeos, se rebeló. Aunque grandemente superados por sus adversarios, ellos alcanzaron una victoria milagrosa y recuperaron el control de Santo Templo en Jerusalén. Mientras se preparaban para restaurar el oficio diario de encender la Menorá (candelabro) del Templo, no encontraron aceite ritualmente puro en las áreas vecinas y producir aceite nuevo tomaría ocho días.
Misteriosamente, encontraron una jarra con el aceite necesario, pero sólo había suficiente para una sola noche. Sin dejarse intimidar, llenaron la Menorá con el aceite que tenían y encendieron las llamas de la manera apropiada. Y he aquí que esa cantidad mínima de aceite ardió por ocho días y noches.
El judaísmo conmemora el milagro del aceite encendiendo llamas por ocho noches. En el aniversario del descubrimiento del aceite y en el encendido inicial de la Menorá se prende una llama. La siguiente noche se encienden dos y de manera sucesiva se añade una hasta que se alcanza el total de ocho llamas como en la noche en que ocurrió el milagro.
Durante el último medio siglo, una industria grande y creativa ha transformado esencialmente la manera en que se celebra Janucá.
Por supuesto que la miztvá –mandamiento– de encendervelas, por ocho noches, permanece como el alma y el corazón de la observanciade Janucá. Sin embargo, una robusta industria de Janucá ha introducido dreidels (pirinolas) musicales e iluminados, Menorás eléctricas, una infinidad derecetas para los latkes (tortas de papa fritas en aceite) y el concepto de losregalos de Janucá.
Existe una costumbre antigua e importante de Janucá ampliamente olvidada a lo largo del tiempo: dar Janucá gelt.
“Gelt” es una palabra en Yiddish –la lengua judía europea– que significa “dinero”. Por generaciones, los padres daban dinero a sus hijos en Janucá. No eran regalos envueltos o chocolates redondos y planos envueltos en láminas de metal plateadas o doradas. Era dinero de curso legal. Por mundano que parezca, regalar dinero expresa una de las lecciones más poderosas de Janucá.
La palabra “Janucá” está ligada etimológicamente con el vocablo hebreo “jinuj” (educación) y las varias costumbres e historias de Januca dan lecciones importantes, especialmente para los niños.
¿Cuál es el valor educativo del dinero? La moneda legal es extremadamente poderosa. Es un indicador de estatus social. Quien tiene mucho es considerado rico y exitoso. Posee el potencial de proveernutrición, calidez y seguridad, y generar bondad y amabilidad. Pero el dinero en el banco no logra nada de lo anterior. Su energía latente sólo se percibecuando en realidad se utiliza.
Cada ser humano es un tesoro escondido de inteligencia, sensibilidad y talentos. Al nacer, esos poderes permanecen ocultos y sin desarrollar. Dios nos provee a cada uno de nosotros con el poder de sacarle partido a nuestro potencial, desarrollar esos poderes latentes y liberar nuestras capacidades únicas para tener impacto en nuestro mundo.
Regalarle a los niños su propio efectivo les permite descubrir esta dinámica poderosa que tan fuertemente refleja su destino conforme crecen y maduran hasta convertirse en la próxima generación de líderes y pioneros. Cualquier cosa puede lograrse en tanto que su potencial no languidezca, sin uso ni expresión.
Además, al entrenarles para dar una porción de su dinero a la caridad, les permitimos practicar la obligación y apreciar la satisfacción de ser dadores.
Janucá se observa desde el domingo 2 de diciembre por la tarde, hasta el lunes 10 de diciembre. Para aprender más sobre Janucá, por favor visite el sitio web www.chabadelpaso.com/chanukah
@RabbiLeviELP
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