Parecía que el cielo no quería tener clemencia con los habitantes de Columbus y la vecina Palomas. Un diluvio de proporciones históricas azotó la región fronteriza causando estragos de consideración.
En las fotos se puede apreciar el camino de acceso al recientemente inaugurado nuevo puerto de entrada en Columbus.
“Me encanta meterme en el agua que se junta con mi bici”, nos comentó un niño de unos 10 años mientras se divertía haciendo círculos en una especie de laguna que se formó frente al estacionamiento de una agencia aduanal a un costado del cruce.
Justo a un lado hacia el norte del muro que separa ambos países se formó una especie de lago profundo cuando el área de contención de agua construida durante la ampliación del cruce rebalsó creando una situación de riesgo sanitario a unos metros de la aduana mexicana. “Nos preocupa que, si no se hace algo, en pocos días estaremos viviendo una crisis con los mosquitos que transmiten enfermedades y no conocen de fronteras”, reclamó una residente de Palomas.
Aún no se cuentan con cifras oficiales sobre la cantidad de lluvia caída en los últimos días, pero fuentes con conocimiento de la situación explicaron que mientras que el promedio nacional de precipitación del país es de 38 pulgadas anuales, en Columbus es de solo 11 pulgadas. Cuando suceden fenómenos meteorológicos como este es muy difícil contar con infraestructura para enfrentarlos. Mientras tanto, los vecinos miran al cielo tratando de adivinar lo que planean las nubes para ellos.