Andres Oppenheimer
Cuando la gente me pregunta por qué soy tan crítico del presidente Donald Trump, les digo que no es solo porque, como descubrí cuando lo entreviste en 2013, es un ser humano horrible y un pésimo ejemplo para nuestros hijos. Es por razones que van mucho más allá de su espantosa personalidad.
No puedo apoyar a Trump porque su pésimo manejo de la pandemia de COVID-19 ha resultado en un récord mundial de más de 218,000 muertes. Con solo el 4% de la población mundial, Estados Unidos tiene el 20% de las muertes por COVID-19 en el mundo.
Estados Unidos sufrió muchas más muertes por COVID-19 como porcentaje de su población que Canadá, Alemania, Corea del Sur y otros países ricos.
Trump sabia sobre la letalidad del coronavirus desde el principio –lo admitió en una entrevista grabada en febrero– pero decidió mentirle al pueblo estadounidense por temor a que la pandemia arruinara sus posibilidades de reelección. En lugar de predicar con el ejemplo, usando una máscara y predicando la distancia social, Trump se burló de todo eso. Así, violo su principal deber como presidente: cuidar la vida de los estadounidenses.
No puedo apoyar a Trump porque ha construido su carrera política alentando el racismo y la xenofobia. Comenzó su campaña de 2016 afirmando falsamente que la mayoría de los inmigrantes indocumentados mexicanos son criminales y violadores, luego separó a los niños inmigrantes de sus padres y afirmó que hay “buena gente en ambos lados” cuando matones neonazis se enfrentaron con manifestantes en Charlottesville, Virginia en agosto del 2017. Envalentonados por Trump, los grupos neonazis y supremacistas blancos están floreciendo en Estados Unidos.
No puedo apoyar a Trump porque sus amenazas de no reconocer los resultados de las elecciones de 2020 si pierde, sus constantes ataques verbales contra los servidores públicos y sus afirmaciones diarias de que la prensa independiente es “la enemiga del pueblo” están socavando más de 200 años de democracia en Estados Unidos.
No puedo apoyar a Trump porque sus esfuerzos por desmantelar el plan de salud “Obamacare” amenazan con dejar a millones de estadounidenses con enfermedades preexistentes sin servicios de salud.
No puedo apoyar a Trump porque está en el lado equivocado de la lucha para detener el calentamiento global, proteger los derechos de las mujeres y reducir la venta de armas semiautomáticas.
No puedo apoyar a Trump porque su manejo de la economía ha sido mediocre. Continuó con la recuperación económica de los años de Obama, pero redujo el desempleo mucho menos que Obama.
No puedo apoyar a Trump porque su político exterior, a excepción del acuerdo de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, ha sido una serie de fracasos. Su plan de paz israelí-palestino nunca se materializo, su luna de miel con Corea del Norte fue un fiasco, y sus ataques verbales contra Europa han dejado a Estados Unidos más aislado que nunca.
Lo que es más, los abrazos de Trump a los dictadores de Corea del Norte, Rusia y otros países le han quitado a Estados Unidos autoridad moral para exigir el respeto a los derechos humanos en todo el mundo, incluyendo en Venezuela y Cuba. Si Trump realmente quisiera restaurar la democracia en Venezuela, y no solo ganar votos en la Florida, habría presionado a Rusia para que deje de apoyar a Nicolas Maduro.
No puedo apoyar a Trump porque casi no pasa un día sin que insulte a nuestra inteligencia, alegando que la pandemia casi ha terminado cuando los casos de coronavirus están nuevamente en alza, o que México pagara por el muro fronterizo.
Trump no solo es un ser humano horrible, un peligro para la salud pública y un mentiroso compulsivo, sino que es una amenaza para la democracia de Estados Unidos. Otros cuatro años de Trump convertirían a este país en una república bananera. Estados Unidos necesita un regreso a la normalidad.