Publicado originalmente en septiembre de 2020
Los expertos llevan varias décadas pronosticando el fin del “siglo americano”, y hasta ahora se han equivocado. Pero varios nuevos rankings mundiales publicados durante la pandemia de COVID-19 están generando nuevos temores sobre el futuro de Estados Unidos.
La caída de Estados Unidos en varios de estos rankings está atrayendo una atención especial en medio del escándalo en torno a la grabación en que el presidente Donald Trump admitió al periodista Bob Woodward que mintió al pueblo estadounidense sobre la gravedad de la pandemia. Esa mentira puede haber costado decenas de miles de las 195,000 muertes por COVID-19 en Estados Unidos.
Mientras que varios otros presidentes en el resto del mundo usaban mascaras faciales e instaban a la gente a mantener la distancia social, Trump se burló de esas medidas e insto a los estados a abrir sus economías durante los primeros meses de la pandemia, a pesar de que sabía cuan letal era el virus.
Trump dice ahora que quería evitar el pánico, lo que es difícil de creer, dadas sus diarias advertencias alarmistas sobre las protestas del movimiento “Black Lives Matter” e imaginarias invasiones de inmigrantes mexicanos si pierde las elecciones. Lo más probable es que Trump haya mentido para evitar una caída de la bolsa de Wall Street que podía dañar sus posibilidades de reelección. Sea lo que sea, lo concreto es que la respuesta de Trump a la pandemia fue desastrosa.
Con solo el 4.2% de la población mundial, Estados Unidos tiene el 22% de las muertes por COVID-19 en el mundo, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Estados Unidos ocupa el puesto 32 entre 36 países en su respuesta a la pandemia, según un nuevo índice de Foreign Policy Analytics, el brazo de investigación de datos de la revista Foreign Policy. Entre los países que hicieron un trabajo mucho mejor que Estados Unidos se encuentran Senegal y Kenia, dice el estudio.
Pero, más allá de la respuesta de Trump a la pandemia, otros rankings que miden datos económicos y sociales también apuntan a una caída de Estados Unidos.
El Índice de Progreso Social 2020, que mide 50 indicadores de bienestar, coloca a Estados Unidos en el puesto 28 entre 163 países. En 2011, Estados Unidos ocupaba el puesto 19 en ese índice.
Otro estudio masivo, el Informe Mundial de la Felicidad 2020, basado en parte en la Encuesta Mundial Gallup, coloca a Estados Unidos en el puesto 18 de 153 países, por debajo del puesto 15 que ocupaba en 2015. El ranking está liderado por Finlandia, Dinamarca y Suiza.
Cuando se trata de la imagen de Estados Unidos en el exterior, en general ha disminuido en las últimas dos décadas, aunque todavía supera a la de China, según otro estudio del Pew Research Center. Sin embargo, como dice el ex canciller de México, Jorge Castañeda, en su nuevo libro “Estados Unidos, en la intimidad y a la distancia”, lo que el describe como “civilización estadounidense” puede estar en declive, pero está lejos de acabada.
El sistema político de Estados Unidos se ha vuelto disfuncional, entre otras cosas porque su obsoleto sistema de votación en un Colegio Electoral que privilegia los estados rurales menos poblados no refleja la realidad política del país.
Mientras que el Partido Demócrata ha ganado el voto popular en varias de las más recientes elecciones, el país ha estado gobernado por presidentes republicanos durante 12 de los últimos 20 años. Eso ha llevado a una “parálisis política” que no ha permitido reformas importantes en temas como leyes de control de armas, la inmigración y los derechos civiles, dice Castañeda.
“Estados Unidos todavía está muy por delante de China, y probablemente lo seguirá estando durante los próximos 40 o 50 años por su superioridad económica, militar y cultural”, me dijo Castañeda. “A largo plazo, China e India probablemente superarán a Estados Unidos, pero no creo que eso vaya a pasar pronto”.
Estoy de acuerdo. El terrible manejo de Trump de la pandemia de COVID-19, las relaciones raciales y los asuntos mundiales probablemente estén acelerado la caída de Estados Unidos en los rankings. Pero, especialmente si las encuestas actuales son correctas y Trump no es reelecto, Estados Unidos probablemente seguirá manteniendo su primacía entre las potencias mundiales en un futuro próximo.