POR DRA. NANCY ÁLVAREZ
Los padres no acaban de comprender que nuestros hijos nacen dependientes, pero deben crecer hacia la independencia o autonomía. Muchos creen que sus hijos siempre estarán bajo su falda, no entienden que la principal función de la familia, y sobretodo de los padres, es lograr que salgan hacia la vida y aprendan a resolver sus problemas.
Todos necesitamos apoyo, somos dependientes de los seres que amamos, pero mientras más caminamos en ese sentido, descubrimos que esto fomenta el abuso y que lo ideal es ser lo más independientes posibles, para poder llegar a tener relaciones de interdependencia, de dar y recibir, y ayudarnos mutuamente.
Todos los seres humanos nacemos totalmente dependientes. Un bebé, si es abandonado, muere en poco tiempo. No puede comer, ni caminar, ni hablar… solo le queda llorar. Somos el único animal que nace tan desprotegido. Eso no le pasa a un pez, ni a un gatito. Ellos pueden sobrevivir.
El ser humano se mueve desde la total dependencia muy lentamente. Nos toma tiempo hablar, caminar, comer por sí solos y qué decir del espacio que recorremos para ser adultos a cargo de nuestras vidas. De hecho, emocionalmente nunca seremos totalmente independientes, porque creamos vínculos de amor con quienes nos cuidaron en la niñez. Eso nos hace más dependientes emocionalmente. Es deber de los adultos que nos rodean empujarnos a crecer. El pequeño debe aprender a hacer las cosas por sí solo, pero hay cosas en las que no debe decidir:
-Ir a la escuela, al menos que le tenga fobia. Cuidado con eso. Si un niño se niega a ir al colegio, investigue. Quizás está siendo abusado, tiene problemas para aprender, o cualquier cosa que usted no sabe. Por lo general, nuestros niños aman ir a socializar con sus amiguitos y maestros.
-Tomar sus medicinas. Eso no es negociable.
-Comer. Aunque nunca debe obligarse a comer a nadie, sí debe sentársele a la mesa. Y si no come, no hay postres hasta que lo haga. Explicarle las razones.
-Para dormir, debe tener un horario, pero sin obligarlo. Nadie duerme cuando quiere, sino cuando el sueño lo vence.
-Es bueno que exprese su agresividad sin pegar a otro o insultar, pero debe expresarla. Lo contrario es dañino.
Muchos padres se sorprenden cuando los niños pequeños empiezan a querer tomar decisiones por sí solos, como elegir su ropa, no querer ir a la escuela, hacer pataletas si no lo dejan hacer lo que desean, etcétera. El mejor ejemplo son los terribles dos. A esa edad es que el niño comienza a expresar su agresividad. Ante esto, paciencia y firmeza.
Nunca haga por un niño lo que él puede hacer solo, aunque no lo realice muy bien, como amarrarse los cordones del zapato. Por mal que lo haga, si lo logra, siempre apláudalo. Recuerde que un abrazo muy fuerte asfixia al ser amado. Déjelo volar.