Amor, tácticas y estrategias. Así se llamaba el entrenamiento que finalmente me ayudó a elegir bien pareja. Además de enamorarte, necesitas desarrollar habilidades y destrezas para que el amor te funcione. Lo mismo sucede con el momento extraordinario que estamos viviendo con la pandemia.
Adaptarse significa prepararnos, capacitarnos, acomodarnos, ajustarnos y acostumbrarnos ante una situación que no es habitual. Tenemos que adaptarnos ante cada situación. Todo eso es ajustarse, pero ojo, adaptarse puede significar quedarse pasivos ante una situación. Y eso no va a lograr que las cosas pasen.
Reinventarse significa idear, pensar, transformar, inventar, innovar, renovar. Todo esto es algo más activo que solamente adaptarse.
Una crisis es un momento de peligro, pero también de oportunidad. Es el momento de poner a funcionar habilidades que teníamos dormidas.
El Covid-19 nos ha quitado los abrazos. ¿Quién me ha robado los abrazos?, dice el Dr. Vicente Vargas. No sabíamos lo importante que eran. La gente valora las cosas cuando las pierde. Ahora sabemos cuál es el verdadero valor de la cercanía.
Estos virus vienen para quedarse. Ya no volveremos a vivir igual que antes, pero, mientras tanto, podemos adaptarnos. La situación nos ha sacado de nuestra zona cómoda, hemos tomado la tecnología para poder convivir y reinventarnos. Por ejemplo, yo defendí mi tesis doctoral gracias a Zoom: yo en Miami y los demás en Andalucía, España. Ahora trabajamos desde casa. Esa es otra forma de adaptarnos.
Crecer, aprender, esperar y ayudar. La gente debe aprender que ayudar es crecer, además de evitar el vacío y el aburrimiento. El que ayuda no se aburre, sabe dar y recibir. Eso es balance emocional y tener capacidad para relacionarnos con otros. Si tú das, no paralices al otro en su capacidad de dar. El que da hace mucho daño si no deja que el otro haga lo mismo, porque esto le impide desarrollarse. Esta es una época de solidaridad.