Andreas Flaten, un trabajador de Georgia recibió su último pago con 90.000 monedas de un centavo cubiertas de grasa que le fueron entregadas directamente a su casa. Encima de las monedas había un sobre con su último recibo de pago. La empresa le había quedado a deber su último cheque y tenía problemas para recibirlo, por lo que tuvo que recurrir a la ayuda del Departamento de Trabajo.
Flaten contó que salió de su casa con su novia y vio la pila de monedas en la entrada de su cochera y aseguró que los centavos estaban cubiertos con una sustancia aceitosa. Ahora, su rutina nocturna consiste en limpiar los centavos para ir a cambiarlos. Le toma alrededor de hora y media limpiar algunos cientos de monedas. El dueño de la tienda, Miles Walker, dijo que “Se le pagó, eso es lo que cuenta’’.
“Con todos esos centavos, seguramente encontraremos algunos tesoros. Ya encontré uno de 1937’’, comentó Oxley. “Después del primer puñado, lo único que nos quedó fue reírnos, porque este pobre hombre miserable se tomó todo este tiempo para ser cruel y vengativo. Nos negamos rotundamente a permitir que nos arruine un solo momento’’.
Las reflexiones sobre el vertido también salpicaron las reseñas de Yelp sobre el taller y la tienda de Walker, donde un usuario escribió: “El propietario pagó a un empleado su último cheque en monedas de un centavo cubiertas de aceite de motor. Si hace eso a su propia gente, probablemente no merezca la pena confiarle los autos para cualquier tipo de arreglo”. Flatten dijo que pensó realizar acciones legales contra Walker y que consultó a las autoridades si era legal pagar a un empleado con centavos sucios y cubiertos de grasa, Eric R. Lucero, portavoz del Departamento de Trabajo de EE.UU., le contestó: “No hay nada en la normativa que dicte en qué moneda se debe pagar al empleado”. Por eso continuó con la limpieza del dinero, algo que le llevará mucho tiempo.