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No todo es color de rosa cuando llega un nuevo bebé a la familia

La llegada de un bebé suele ser motivo de alegría para los padres, pero, para los hermanos mayores, no siempre es fácil acostumbrarse. 

Para los padres, las reacciones de sus hijos mayores pueden ser frustrantes. Entre el cansancio y el ajetreo, se olvidan de que es normal que el otro niño sienta celos y busque formas de reclamar la atención. Y aunque, eventualmente, la mayoría de los niños se acostumbra a la idea de tener un hermano o hermana, hay varias cosas que los padres pueden hacer para que la transición sea menos traumática. 

El psicólogo Enrique Gelpi da algunas ideas: 

-Durante el embarazo: Los padres pueden ir preparando el camino para la llegada de otro hijo. En dependencia de la edad y el nivel de desarrollo del niño, es recomendable hablarle de que en algún momento tendrá un hermanito. 

Por otra parte, los padres deben aprovechar al máximo el periodo de embarazo para preparar a los hermanos mayores. En el caso de niños de tres o cuatros años, se les debe ir explicando lo que está ocurriendo. Los padres deben integrar al niño en el proceso, desde sugerir nombres, ayudar en la decoración del cuarto, sentir el latido del bebé, hasta acompañar a la mamá al médico, aconseja Gelpi. 

Este no es un buen momento para emprender grandes cambios en la rutina del niño. Deben dejarse para después proyectos como aprender a ir al baño solo o a dormir solo en el cuarto. 

Por otro lado, según el Dr. Gelpi, es una excelente oportunidad para hablarle de cuando era más pequeño: “Saca los álbumes fotográficos y cuéntale lo que hacía cuando tenía seis meses o un añito”. 

-El nacimiento: No dejes para último momento los arreglos. Por el contrario, Gelpi recomienda que algún familiar cercano, con el que el niño se sienta a gusto, se encargue de él o ella. Es una buena idea que el recién nacido traiga un regalito a su hermano mayor. 

-En casa: Gelpi exhorta a los padres a sacar un tiempo para su hijo o hija mayor. “Las mamás deben reservar un tiempo especial de atención positiva. Todos los días deben dedicar al niño 30 minutos de atención ininterrumpida, aunque esto implique buscar a alguien para cuidar al bebé”. 

Aun tomando estas precauciones, es muy posible que el hermano sienta celos, apatía o que experimente un retroceso en su desarrollo y quiera que lo vistan de nuevo, le den la leche en biberón o le pongan pañales. El Dr. Gelpi aclara que los padres deben reaccionar con paciencia y empatía.