A group of exotic elephants on the muddy ground in the jungle

INSÓLITO: Elefantes usan nombres para comunicarse entre sí

El elefante es uno de los animales más inteligentes conocidos por el ser humano. A su capacidad de manejar herramientas, resolver problemas y a su prodigiosa memoria, es posible que haya que sumarle un aspecto más a su inteligencia: los elefantes son capaces de dirigirse entre ellos usando nombres propios. 

El estudio titulado “Los elefantes africanos se dirigen entre sí con llamadas similares a nombres individuales específicos” y publicado por Nature Ecology and Evolution sugiere que los elefantes usan nombres arbitrarios específicos para dirigirse entre ellos. Después de analizar 469 llamadas entre elefantes africanos salvajes en Kenia con emisor y receptor conocidos a través de una herramienta de inteligencia artificial, los investigadores encontraron componentes “similares a un nombre” que los elefantes individuales reconocían y al cual respondían. 

La investigación fue realizada por científicos de la Universidad de Cornell, la Universidad Estatal de Colorado y de instituciones sin fines de lucro para la preservación de elefantes en Kenia y Noruega. El estudio indica que no responden a imitaciones sino que los ‘nombres’ de los elefantes constituyen sonidos tan arbitrarios como los nombres que usan los seres humanos. 

Para los investigadores, este hecho revela que probablemente los elefantes son capaces de comprender la conexión entre el sonido que utilizan y el individuo con el que están relacionados. 

Las llamadas analizadas no fueron los conocidos bramidos de los elefantes, que son ruidos más similares a un grito o una carcajada, sino ruidos de baja frecuencia muy variables desde el punto de vista estructural y acústico. 

El estudio utilizó una herramienta de inteligencia artificial, mejor equipada que el oído humano, para identificar las variaciones en los ruidos emitidos, a fin de determinar si contenían información de identificación que el modelo computarizado pudiera aprender a usar para predecir con precisión cuál animal era el receptor al que estaba dirigida la llamada. 

Al escuchar las llamadas dirigidas a ellos, cada animal se acercó más rápidamente al altavoz, respondió más rápidamente que en el caso de llamadas no dirigidas a él, e hicieron más llamadas de respuesta. Los investigadores llegaron a saber la identidad del elefante que hacía el ruido y también cuál era el elefante al que se dirigía. 


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