Después de un juicio de tres días y menos de dos horas de deliberación, un jurado federal emitió un veredicto de culpabilidad contra un delincuente de Albuquerque previamente condenado por tres cargos de robo por una serie de incidentes en las tiendas de ropa Ross en Albuquerque.
Según los documentos judiciales y las pruebas presentadas en el juicio, Jason Pete Roper, de 45 años, robó tres locales distintos de Ross entre el 14 de agosto y el 8 de septiembre de 2022. En cada incidente, Roper se acercó a las cajas registradoras con pequeños artículos antes de blandir una pistola plateada y negra y exigir dinero de varias cajas registradoras. La cantidad total robada en los tres robos fue de aproximadamente $1,800.
En el momento de estos delitos, Roper se encontraba en libertad condicional federal por una condena previa por robo a mano armada a un banco.
Tras el veredicto, el Tribunal ordenó que Roper permaneciera detenido en espera de la sentencia, que no se ha programado. Al ser sentenciado, Roper enfrenta hasta 20 años de prisión.
La respuesta de Trump cuando le preguntaron sobre las futuras relaciones de su gobierno con América Latina y Brasil —“no los necesitamos”— fue un despliegue gratuito de arrogancia política que hará poco por ayudar a promover los intereses estadounidenses en la región.
En lugar de decir que existe una gran oportunidad para que los países democráticos de América Latina se conviertan en socios de Estados Unidos para atraer fábricas de las multinacionales en China al continente americano — lo que ayudaría a eliminar la pobreza, reducir la migración y disminuir la dependencia económica de Estados Unidos de China — Trump desdeñó innecesariamente a la región.
El presidente sonó como la reina María Antonieta de Francia, quien, cuando le dijeron que el pueblo no tenía pan para comer, respondió: “que coman torta”.
Por si no lo escucharon, cuando le preguntaron en una conferencia de prensa durante la ceremonia de firma de sus órdenes ejecutivas el lunes cómo ve las futuras relaciones con América Latina y Brasil, Trump dijo que “Nosotros no los necesitamos. Ellos nos necesitan a nosotros”.
Su declaración cayó como un balde de agua fría sobre muchos de mis amigos trumpistas, porque tenían grandes esperanzas de que América Latina sea una prioridad para el nuevo gobierno de Trump.
Y puede que aún lo sea, porque el secretario de Estado, Marco Rubio, un exsenador cubano-estadounidense de Florida, será el primer jefe del Departamento de Estado de habla hispana en la memoria reciente. El número dos de Rubio será el ex embajador en México Christopher Landau, que también habla español, y cuyo padre fue embajador de Estados Unidos en Paraguay, Chile y Venezuela.
Aunque hay dudas sobre cuánto poder tendrán Rubio y Landau en la nueva administración (Trump ha nombrado a varios amigos cercanos como enviados especiales y embajadores), no recuerdo haber visto tantos altos funcionarios hispanoparlantes en puestos tan altos de un gobierno estadounidense en mucho tiempo.
Esa es una buena noticia, pero el problema es que Trump tiene una agenda negativa para América Latina. Ve a la región como un problema, más que como una oportunidad.
El discurso inaugural de Trump se centró en puras cosas negativas sobre la región, como una supuesta “invasión” de inmigrantes (aunque el flujo de inmigrantes se redujo en casi un 70% el año pasado), los cárteles de la droga latinoamericanos, y el supuesto peligro de que Panamá siga administrando el Canal de Panamá.
En cambio, Trump no mencionó ninguna posible agenda positiva para América Latina. Podría haber ofrecido a los aliados regionales de Washington, como Argentina o Ecuador, un plan para explorar posibilidades de “nearshoring,” o la relocalización de muchas de las fábricas que las multinacionales estadounidenses actualmente tienen en China al continente americano.
Eso ayudaría a crear empleos en América Latina, y reduciría la dependencia de China de las grandes empresas de Estados Unidos. América Latina está mucho más cerca geográficamente del mercado estadounidense y en la misma zona horaria.
Es cierto que algunos funcionarios del nuevo gobierno de Trump, como el recién nombrado enviado especial para América Latina, Mauricio Claver-Carone, han sido grandes promotores del “nearshoring” en América latina.
No me extrañaría que Rubio, Claver-Carone y otros en la nueva administración intenten convencer a Trump de que proponga una agenda positiva para América Latina, a la par de sus amenazas actuales sobre la inmigración, las drogas y los aranceles.
Pero me pregunto si Rubio, Claver-Carone y otros “latinoamericanistas” lograrán prevalecer sobre los aliados de Trump de la extrema derecha nacionalista y xenófoba. Trump depende en gran medida de la derecha aislacionista, y a veces racista, para llenar los estadios en donde habla, mantener en línea al Partido Republicano, y poder alardear de que tiene una gran popularidad, aunque ganó las elecciones con solo el 49,8% del voto popular, con un históricamente pequeño 1.5 por ciento de ventaja sobre su rival.
Trump se habría hecho un gran favor si, además de hablar de la inmigración, los aranceles, las drogas y el Canal de Panamá, hubiera sugerido una agenda positiva para América Latina. Puede que todavía lo haga, pero se perdió una oportunidad de oro al no hacerlo cuando le preguntaron sobre la región en el primer día de su segundo mandato.
Tres adolescentes de El Paso fueron arrestados después de que uno de ellos apuntara con un rifle a un coche patrulla de la policía mientras se asomaba por la ventanilla de un coche en movimiento en una calle de El Paso.
Michael Espíndola, de 18 años estaba armado con el rifle y ahora enfrenta dos cargos de agresión agravada a un servidor público. El presunto conductor, Joshua Dominic Parga, de 19 años, enfrenta cargos de evadir el arresto en un vehículo y posesión de drogas, y Gavin James Kish, de 19 años, fue arrestado por un cargo de porte ilegal de un arma.
El incidente ocurrió alrededor de las 2:30 a.m. del viernes 17 de enero, después de que los oficiales de policía que patrullaban escucharon disparos en Edgemere Boulevard. La policía se dirigía hacia el este por Edgemere cuando vieron un coche blanco cerca de la calle Red Sails Drive.
Cuando la policía se acercó al coche, los agentes vieron a Espíndola en el asiento trasero derecho del pasajero con la cabeza y la parte superior del cuerpo asomando por una ventanilla con un “rifle estilo AK-47” mientras el coche estaba en movimiento, dijo un fiscal adjunto el domingo en una audiencia de fianza por teleconferencia para Espíndola.
Espíndola supuestamente apuntó con el rifle a los agentes del coche patrulla, dijeron los funcionarios. La policía intentó entonces detener el coche, pero éste se alejó a toda velocidad antes de estrellarse tras una breve persecución vehicular. Los tres ocupantes del coche huyeron del accidente, pero fueron detenidos. Se encontraron un rifle y dos pistolas en el vehículo.
Espíndola, del área central de El Paso, permaneció el miércoles en la cárcel del condado bajo una fianza total de 200,000 dólares, según un registro de la cárcel. Si sale de la cárcel, el magistrado Antonio Aun ordenó que a Espíndola se le prohíba tener armas y consumir drogas y alcohol.
Parga, del noreste, fue liberado de la cárcel el martes siguiente con una fianza de $30,000 por el caso de evasión y una fianza de reconocimiento personal de $3,500 que no requiere efectivo por el cargo de posesión de drogas, según los registros de la cárcel.
Kish, del este, fue liberado de la cárcel el sábado con una fianza de $2,500, según los registros.
Muchas personas me preguntan en redes sociales por qué no pueden perdonar a sus parejas ni olvidar su infidelidad. Una infidelidad es “un rayón en el disco duro”, como dice Walter Riso. Te mueve el piso, como lo mueve el suicidio de alguien a quien amas. Te cuestionas todo, te deprimes, sufres un bajón en la autoestima y un gran etcétera. Pero si la pareja busca ayuda y admite “su parte en este pastel”, puede seguir la relación. Y, en ocasiones, crecer al superar el conflicto.Indudablemente, existen personas que no pueden olvidar ni perdonar. En mi consulta he tratado a mujeres y hombres que, cinco años después de la infidelidad, siguen repitiendo lo mismo y haciéndole la vida imposible al otro(a). Y en otros casos, no son años, sino la vida entera reprochando. Y hasta en el momento de la muerte sigue el dolor… aunque nunca se divorciaron.
No estoy tratando de justificar la infidelidad. No lo necesita, es demasiado popular. Tampoco la estoy defendiendo. Es tan vieja como el planeta Tierra, y cada día tiene más adeptos, a pesar de las terribles consecuencias y desdichas que causa a implicados y no implicados, como es el caso de los hijos.¿Por qué pasa?Las personas que fueron abandonadas por papá o mamá, no resisten otro abandono. Y toda la rabia que tenían —o tienen— contra el que se fue, la descargan sobre la pareja que los engaña, traiciona o intenta sustituirla por otra/o. Es como si ese tema no resuelto de la niñez, se sumara al presente.
Los terapeutas de parejas y familias sabemos que las personas “eligen” a alguien parecido a ese papá o mamá. Y repiten el patrón, queriendo superarlo o castigar al que abandonó. También es común en gente muy celosa, que creció en un ambiente de comparaciones o predilecciones de hermanos. Es como tener una herida abierta, que nunca ha cicatrizado, y que alguien le eche limón agrio en abundancia.Conozco casos de madres que mandan a sus hijas a “buscar a su papá y a confirmarles si estaba con la otra”. Y de padres que llevan a sus hijos a conocer a su amante, metiéndolos en un conflicto terrible de lealtad. Si le cuento a mamá, le fallo a papá; si no le cuento, le fallo a mamá.No son solo tres posibilidades, sino muchísimas. Lo que sí está claro es que las heridas emocionales que no se cierran o curan con el tiempo, se pudren. A menos que su pareja sea un adicto al sexo, un Don Juan o playboy, en toda infidelidad ambos son responsables. Aunque el infiel sea el más responsable.Cuando dos personas están bien, no cabe un tercero. En las parejas siempre existen pequeños agujeros, así que cuide su cartón para que no le hagan bingo.
Uno de los aspectos que a los seres humanos nos cuesta —a unos más que a otros, por supuesto— es el tema de los límites, pues existe una falsa creencia arraigada en muchos hogares bajo la cual decir “no” está mal visto socialmente. A muchos se nos “educastró” para pensar que debemos actuar pensando que siempre está mal no ceder a los demás, hecho que nos puede llevar a meternos en los problemas más catastróficos de nuestra existencia. Saber decir que no en los momentos oportunos es el respeto hacia nuestra integridad como humanos.
Te daré un ejemplo clásico sobre establecer límites y rutinas cuando se trabaja desde casa, especialmente sin una oficina dedicada. La ausencia de un espacio físico designado para el trabajo puede llevar a sentirse “siempre disponible”. El problema es que nuestro cerebro puede adaptarse a ello (y el resto de tu equipo también), por lo que, a la larga, vas a ir arrastrando problemas de salud que van desde no cumplir con tus horas reglamentarias de sueño hasta tener una baja calidad en tu descanso, porque tu mente va a estar ahí, conectada, aunque haya terminado tu jornada laboral.
Para contrarrestar esta sensación y mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, si teletrabajas, es importante que te marques una hora de desconexión, y que la respetes a cabalidad, si quieres resguardar tu salud.En este caso, puedes crear una rutina de tres sencillos pasos. En primer lugar, puedes dedicar la última hora del día exclusivamente al trabajo y desde un escritorio, evitando lugares como el sofá, la mesa de la cocina o la cama, que podrían convertirse fácilmente en espacios de trabajo después del horario laboral.
Segundo, abandona el entorno de trabajo de forma puntual, a la hora que te has fijado. Si terminas a las 06.00 p.m., es a las 06.00 p.m. La clave es alejarse de la computadora y la lista de tareas pendientes, marcando claramente el fin del día laboral y el inicio del tiempo personal.Por último, no olvides quitar las notificaciones laborales de tu teléfono. Esta medida evita la tentación de responder a mensajes que llegan después de este horario establecido.Como bien lo dice Brené Brown: “Atreverse a establecer límites se trata de tener el valor de amarnos a nosotros mismos, incluso cuando corremos el riesgo de decepcionar a otros”.
Quaker Oats Company emitió hoy un retiro del mercado de cajas de dos libras de Pearl Milling Original Pancake & Waffle Mix que pueden contener leche no declarada, después de haber sido alertada por un socio minorista. Las personas con alergia o sensibilidad severa a la leche corren el riesgo de sufrir una reacción alérgica grave o potencialmente mortal si consumen el producto retirado del mercado.
Los consumidores habrían podido comprar esta mezcla a partir del 18 de noviembre de 2024.
Hasta la fecha, no se han reportado reacciones alérgicas relacionadas con este asunto.
No se ha retirado del mercado ningún otro producto de Pearl Milling Company.
An employee in a uniform and gloves at a waste recycling station sorts and sorts garbage on a sorting line
Empecemos con la definición de desviación, de acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental (EPA):
“La prevención y reducción de los residuos generados mediante la reducción en la fuente, el reciclaje, la reutilización y el compostaje. La desviación de residuos genera una serie de beneficios ambientales, financieros y sociales, que incluyen la conservación de energía, la reducción de los costos de eliminación y la reducción de la carga sobre los vertederos y otros métodos de eliminación de residuos”.
En los Estados Unidos, se utilizan aproximadamente 2700 litros de agua para fabricar una sola camiseta, que la persona promedio usa durante aproximadamente dos años y medio. El problema es que usamos la camiseta durante unos pocos años y termina en un vertedero. Según un informe reciente de la EPA, los estadounidenses generan alrededor de 292,4 MILLONES de toneladas de basura cada año. Esta cantidad de basura aumenta cada año junto con sus impactos económicos y ambientales.
La desviación de residuos es el proceso de desviar y redirigir nuestros residuos lejos de los vertederos. Podemos hacerlo reciclando y reutilizando. El reciclaje es el método de tomar material usado para hacer nuevos productos. Reutilizar es el acto de utilizar todo el potencial de un producto. El objetivo de la desviación de residuos es garantizar que los productos alcancen su vida útil y que menos residuos lleguen a los vertederos.
La desviación de residuos es importante por dos beneficios muy básicos:
• Menos basura llega a los vertederos, lo que tiene un gran impacto ambiental.
• El reciclaje y la reutilización de productos reducen la necesidad de extraer material nuevo de la Tierra para fabricar nuevos productos.
Podemos desviar los residuos utilizando las 3R del reciclaje: reducir, reutilizar, reciclar.
• Reducir los residuos significa elegir productos cotidianos con cuidado para minimizar la creación de residuos. Dos ejemplos son utilizar cubiertos en lugar de utensilios de plástico y cambiar la moda rápida por productos naturales y duraderos.
• Reutilizar significa utilizar un producto de muchas formas diferentes, como convertir un neumático viejo en un columpio para niños o utilizar botellas viejas para decoración y cultivo de plantas. ¡Sea creativo!
• El reciclaje es el acto de separar elementos como plástico, papel y cartón de la basura habitual para que se puedan reprocesar en nuevos productos.
La toma de posesión de Donald Trump como presidente número 47 de los Estados Unidos marca un nuevo capítulo en la historia política de una nación que sigue siendo referencia global. Independientemente de las preferencias políticas de cada uno de nosotros, este momento nos invita a reflexionar sobre los desafíos y responsabilidades que conlleva liderar en un mundo tan polarizado y lleno de incertidumbre. Desde esta perspectiva, me atrevo a citar uno de los 11 principios del líder bambú, el cual cobra relevancia.
El bambú, con su capacidad para doblarse sin romperse ante los vientos más fuertes, nos enseña que la verdadera fortaleza reside en nuestra flexibilidad y adaptabilidad. Al igual que esta planta, los líderes que encarnan la resiliencia no solo soportan las tormentas, sino que encuentran maneras de aprender y crecer a través de ellas. Este principio es crucial en una época donde los cambios globales demandan soluciones creativas, unidad y determinación.
En su discurso de investidura, Trump destacó la necesidad de abordar temas como la economía, la seguridad nacional y la infraestructura del país. Sin embargo, más allá de las palabras, el verdadero liderazgo se demostrará en las acciones que sigan. Y aquí es donde todos, como ciudadanos y como individuos, podemos aprender del bambú: en lugar de centrarnos en lo que no podemos controlar, podemos enfocarnos en fortalecer nuestras raíces—nuestros valores, nuestra empatía y nuestra disposición al diálogo constructivo.
La resiliencia también implica reconocer que el liderazgo no es un acto solitario. En el bambú, cada tallo depende de los demás para mantenerse firme. De igual forma, el éxito de cualquier gobierno o comunidad radica en su capacidad para trabajar en equipo, buscar consensos y valorar la diversidad de perspectivas. Este principio no solo es aplicable a los líderes políticos, sino también a cada uno de nosotros.
En momentos de cambio, es fácil caer en el pesimismo o en la tentación de resistir lo inevitable. Sin embargo, la resiliencia nos invita a abrazar la transformación como una oportunidad para evolucionar.
Este inicio de mandato puede ser una oportunidad para reflexionar sobre el tipo de líderes que queremos ser en nuestras propias vidas. Ya sea en la política, los negocios o las relaciones personales, recordar el ejemplo del bambú puede ayudarnos a navegar tiempos complejos con gracia y firmeza.