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El Zorro

El Zorro ya se repuso de su fuerte resfrío, pero cuando se enteró de todo lo que estaba ocurriendo le dieron ganas de volver a su camita por un par de días más. “No lo puedo creer”, pensó. ”Los dejo solos por apenas unos días y mira todo lo que han hecho” murmuraba. No solo han pasado como 80 millones en bonos con unos poquitos humanos que se dignaron a ir a votar, pero también aparecieron otros que dizque ni su propia dirección conocían pues hicieron sus cuevas en el medio de la selva y ni las palomas sabrían como ubicarlos… siendo que ellas recogen unas tarjetas que las personas usan de vez en cuando si es que no quieren darse la vuelta a votar.

El Zorro decidió pararse enfrente de una tienda y medio escondido miró una tele donde le pareció entender que un lobo de pelaje amarillento llamaba traidores a los que no aullaban fuerte cuando les hablaba. “Si yo hiciera eso ni las ovejas me seguirían”, pensó. Los humanos son muy raros, lo sabemos todos en la selva, se la pasan peleando entre ellos y seguido hablan mal de los vecinos. Los animales son más listos y conocen el valor de estar bien con los de al lado por si hacen falta algún día.

El Zorro ya iba enfilando para su cueva cuando se topó con carteles de muchos colores y letras que él no sabía leer, pero las fotos le traían recuerdos. “Ay si serán distraídos los humanos”, dijo mientras los miraba… “cómo que se ven parecidos a otros que tiempo atrás metieron en líos a medio mundo” alcanzó a aullar llamando a los demás animales de la selva. “Mírenlos… si son los mismos de antes… esos que se los llevaron y encerraron un tiempo por no hacer caso a las leyes”, les dijo a los demás que se iban acercando.

Es que la Ley de la Selva a veces es más sabia que la de los humanos. En la selva cuando ven a algún animal medio descontrolado todos le escapan. Y los machos y hembras enseñan a sus crías a tenerles cuidado pues nunca se sabe con que van a salir. En cambio, los humanos son más inocentes y caen fácil en la misma trampa otra vez.

El Zorro se puso orgulloso de no ser humano. Los animales aprenden rápido y con solo mirar a los ojos y oler un poco saben distinguir quien trae malas intenciones. Los humanos tenemos mucho que aprender de ellos para no repetir una y otra vez las elecciones alas que hacemos… con ese pensamiento se despide El Zorro “mai frends”, deseándoles que nadie se aproveche más de ustedes y sus buenas intenciones para regresarlos a un tiempo que nunca más debe volver.