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La pandemia del coronavirus podría debilitar a los populistas

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Por Andres Oppenheimer

Publicada en agosto de 2020

Muchos creen que, al igual que lo que paso con la Gran Depresión de 1929, la recesión económica del COVID-19 provocara un creciente descontento social y un nuevo auge del populismo, el fascismo y quizás incluso una Tercera Guerra Mundial. Pero hay razones para creer en un futuro mucho más esperanzador.

 Esa fue mi impresión tras entrevistar a Francis Fukuyama, el famoso autor del libro “El fin de la historia y el último hombre”, y uno de los politólogos más conocidos –y controvertidos– de Estados Unidos. 

Fukuyama ciertamente no descarta la posibilidad de que la pandemia tenga impactos políticos nefastos. Tal como escribió recientemente en la revista “Foreign Affairs”, la Gran Depresión de la década de 1930 provoco una reacción mundial contra los poderes establecidos, que llevo al aislacionismo, el fascismo y a la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo podría suceder ahora, señalaba allí. 

Pero Fukuyama, quien ensena en la Universidad de Stanford, sonó mucho más optimista cuando hablé con él días atrás. Su optimismo cauteloso se basa en que la pandemia de COVID-19 ha debilitado a muchos líderes populistas o autoritarios.

 “Los populistas no han hecho las cosas bien en esta pandemia”, me dijo Fukuyama, mencionando los casos del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 

“No hicieron las cosas bien porque los populistas no quieren ser asociados con cosas impopulares como las epidemias y, por lo tanto, han negado que incluso exista una crisis sanitaria”, señaló. 
De hecho, el 59.1% de los estadounidenses desaprueba la respuesta de Trump a la pandemia, en comparación con un 43% por ciento que lo hacía en marzo, según un promedio de encuestas del sitio web FiveThirtyEight. 

En México, la tasa de desaprobación de Lopez Obrador ha subido al 42%, del 28% en enero, según una encuesta del diario El Financiero. En Brasil, la tasa de desaprobación de Bolsonaro se ha mantenido más o menos estable en un 44%. 
Si bien China aprovecho la pandemia para aumentar su control político sobre Hong Kong, y los presidentes de Hungría y El Salvador dieron manotazos a las instituciones democráticas, la buena noticia es que podríamos ver un retorno a la normalidad democrática en Estados Unidos, me dijo Fukuyama. 

“La respuesta de Donald Trump a la crisis ha sido tan mala, que, si las elecciones se celebraran hoy perdería por un margen enorme”, me dijo Fukuyama. 
“En ese caso, creo que verías una restauración de un Estados Unidos que quiere involucrarse en el sistema internacional, que se preocupa por los aliados, que rechaza a los populistas y a los líderes autoritarios en Rusia, China y otros lugares”, agrego. “Entonces, en cierto modo, podrías tener algunos muy buenos resultados de esta crisis”. 

Cuando le señale que Trump aún puede revertir las encuestas y ganar las elecciones del 3 de noviembre, Fukuyama respondió que eso podría suceder, pero “las tendencias generales no pintan bien para Trump”. 

El número de infecciones y muertes por COVID-19 en Estados Unidos sigue aumentando, la economía no se está recuperando, “y realmente no veo nada que pueda pasar en los próximos 100 días que vaya a cambiar eso”, dijo. 

En resumen, es demasiado pronto para pronosticar un aumento del nacionalismo y el autoritarismo por la pandemia de COVID-19. También podría conducir al ocaso de líderes populistas o de dictadores, como en el caso de Venezuela. 

Recuerden que, así como la Gran Depresión de 1929 condujo al fascismo en Europa, también dio lugar a la elección del presidente Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos en 1933. El plan económico del “New Deal” y la política exterior de Roosevelt llevarían a Estados Unidos a convertirse en la democracia más poderosa del mundo. 

Las democracias, a diferencia de las dictaduras, tienen elecciones libres que permiten sacar del poder a los líderes ineptos. No podemos descartar ese resultado en Estados Unidos, México, Brasil y otras democracias populistas, o en dictaduras como Venezuela. Ese sería un efecto inesperado, pero positivo, de la crisis del COVID-19.

Trump y América Latina, según John Bolton

Por Andres Oppenheimer

Publicado en 2020

Siempre he sido escéptico de que el presidente Donald Trump sea un aliado confiable de quienes luchan por el restablecimiento de la democracia en Venezuela y Cuba. Pero tras entrevistar al ex asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, estoy aún más convencido que antes de que Trump está engañando a muchos con sus discursos de línea dura contra las dictaduras de esos dos países.

En una entrevista a principios de esta semana con Bolton, cuyo libro “La habitación donde sucedió” está generando titulares de todo el mundo, le pregunté al ex asesor de Trump si el presidente está realmente comprometido a restaurar las libertades democráticas en Venezuela, Cuba o Nicaragua.

Bolton, un republicano conservador que estuvo al lado de Trump en la Casa Blanca hasta finales del año pasado, me respondió que Trump solo está interesado en ganar votos cubanoamericanos y venezolano-americanos. Si Trump es reelegido y ya no necesita esos votos, puede que Trump cambie su discurso sobre Venezuela y Cuba de la noche a la mañana. 

En la entrevista, Bolton me dijo que uno de los mayores problemas con la política de Trump sobre Venezuela ha sido su incapacidad para presionar a Rusia y China para que dejen de apoyar a la dictadura de Nicolas Maduro.

“No creo que entienda la amenaza a los intereses estadounidenses en América Latina por parte de actores externos como Rusia y China”, me dijo Bolton. “Se le ha explicado eso en particular en el contexto de Venezuela, y ha dicho que necesitamos sacar a los rusos y a los chinos, por ejemplo. Pero luego, no hace nada”. 
Cuando le pregunté por qué, Bolton dijo: “Como en muchas otras áreas, porque no se guía por una filosofía o una estrategia. Son comentarios anecdóticos y episódicos que hace, a los que no da seguimiento de una manera persistente y consistente. Y lo que eso hace es dejarnos con políticas debilitadas e inadecuadas”. 

Cuando le pregunté por qué Trump no ha creado una coalición internacional fuerte para lograr elecciones libres en Venezuela, Bolton dijo: “El mira la vida desde una perspectiva transaccional, como si se tratara de bienes raíces en Manhattan: ve cada transacción de forma aislada. Esa no es la forma de hacer política exterior”.

 Añadió: “Una nación como Estados Unidos con intereses en todo el mundo tiene que tener principios claros. Tiene que comunicar eso, y tiene que construir redes de amigos y alianzas en todo el mundo… Eso es simplemente ajeno a la naturaleza de Donald Trump”. 

No tengo muchas esperanzas de que muchos de los votantes cubanoamericanos y venezolano-americanos de Trump en Florida cambien de opinión después de leer el libro de Bolton o leer esta columna.

Están ansiosos por ver a sus países liberados de sus respectivas dictaduras, con justa razón. Y no perdonan a los demócratas por el viaje del ex presidente Barack Obama para encontrarse con Raúl Castro, que –como el viaje de Trump para verse con el dictador norcoreano Kim Jong Un– término siendo una victoria propagandística para Cuba.

Aun así, puede que algunos votantes republicanos moderados o indecisos se pregunten: “¿Es casual que tantos ex altos colaboradores de Trump lo describan como un presidente errático, narcisista y sorprendentemente ignorante? ¿Es una coincidencia que Bolton llame a Trump “un peligro para la república”, y el ex Secretario de Defensa de Trump, Gen. James Mattis, haya dicho que falta un “liderazgo maduro” en la Casa Blanca? 

Puede que algunos votantes también concluyan que mientras Rusia y China continúen apoyando a la dictadura venezolana, y mientras Estados Unidos no forje una alianza fuerte con otras democracias mundiales para lograr elecciones libres en Venezuela, será difícil restaurar la democracia en ese país. 

Pero Trump, por alguna misteriosa razón, no está dispuesto a presionar a Rusia, y parece incapaz de construir una coalición internacional para forzar elecciones libres en Venezuela. Lo que dice Trump sobre Venezuela y Cuba es más que nada teatro político para el consumo interno. Si hablara en serio, iría tras los principales sostenes de Maduro: Rusia y China.

Esté atento a las estafas del Seguro Social: llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos falsos

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La oficina del Procurador de Justicia del estado ha recibido varios informes sobre llamadas del Seguro Social y mensajes de texto de estafadores que se hacen pasar por empleados del gobierno. Recuerde que el Seguro Social puede enviarle correos electrónicos o mensajes de texto sobre programas y servicios, pero nunca le pedirá que le devuelvan la llamada a un número desconocido. Si recibe una llamada, mensaje de texto o correo electrónico sospechoso, cuelgue o elimínelo de inmediato e informe la estafa a la Oficina del Inspector General en oig.ssa.gov.

Algunas señales de una estafa:
La persona que llama o el remitente dice que hay un problema con su número o cuenta de Seguro Social. Cualquier llamada o mensaje de texto que le pida que pague una multa o una deuda con una tarjeta de regalo minorista, transferencia bancaria, tarjeta prepaga o por correo postal. amenazarlo con arresto u otra acción legal o hacer amenazas falsas de suspensión de su número de Seguro Social.
Recuerde: sepa qué buscar, esté alerta a números desconocidos y no devuelva llamadas, correos electrónicos o mensajes de texto desconocidos. Nunca comparta información personal por teléfono.

¿Qué pasó con las predicciones para 2020?

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POR ISMAEL CALA

En enero de 1932, la revista Technology Review, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicó: “Interpretar los eventos del pasado es el único método válido para predecir el futuro. La importancia de la tecnología es haber liberado el pensamiento humano”.

Antes de terminar el año pasado, leímos decenas de predicciones tecnológicas, laborales y sociales sobre 2020. Y entonces llegó la pandemia.

Por ejemplo, Linkedin auguró que el “trabajo flexible” no sería ya un “privilegio de unos pocos”, sino una demanda generalizada, incluyendo la redefinición de una nueva relación con la oficina. Por causas completamente distintas, su análisis se confirmó.

La crisis del coronavirus nos ha obligado a encontrar soluciones para mantener a flote la economía. Todo lo que ya existía, más nuevas herramientas implementadas en tiempo récord, han permitido a millones de personas conservar sus empleos. En Europa, la jornada laboral de cuatro días parecía imposible… hasta que llegó el Covid-19 y algunas empresas tuvieron que renegociar salarios (y con ellos, las horas y días de trabajo).

Otro pronóstico de Linkedin preveía que hablaríamos más abiertamente en el trabajo sobre la salud mental. Aquí también acertaron, pero, de nuevo, bajo el influjo del virus.
Como reconoce la Organización Mundial de la Salud, la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial un billón de dólares cada año. El dato es de mayo de 2019, así que multiplíquese ahora para obtener un mejor acercamiento a la realidad.

La falta de profesionales de la salud también estaba en la lista: “Se calcula que el déficit ascenderá a 18 millones de trabajadores en los próximos 10 años”. No es un tema nuevo, pero sí el fondo de la cuestión en muchos países —no solo los pobres—, cuyos sistemas han mostrado ineficiencias.

En los aciertos (y también en los fallos) está presente nuestra relación con el mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). La anticipación a sucesos, eventos y procesos no es magia ni adivinación, sino un análisis científico para el que debemos prepararnos cada día.

Y luego está un factor fundamental, la resiliencia humana, que nos permite actualizar constantemente nuestras capacidades para garantizar la subsistencia.

¿En qué erraron las previsiones hasta mitad de 2020? Se esperaba la salida del mercado de alguna gran plataforma de streaming por el exceso de ofertas. De momento, la realidad marca otro camino: un mayor consumo.

Homenaje a líder: Comisión del Condado proclamó el 12 de diciembre Día de Diane Gonzáles Gómez

Cuando Diane Gonzales Gómez, de 62 años y residente del condado de Doña Ana en Tortugas falleció el 2 de diciembre, dejó un legado de participación comunitaria y cuidado que será recordado en los años venideros. Era una líder feroz y devota que abogaba por su comunidad, Gonzales sufría de una artritis debilitante, pero no se quejó. En cambio, continuó trabajando con diligencia. Recientemente, trabajó en estrecha colaboración con el personal del condado como miembro del Comité de Conteo Completo del Censo Regional 2020, alentando a los residentes de Tortugas a completar sus formularios.

Fue miembro de por vida de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, LULAC, y ocupó varios puestos a nivel local, estatal y nacional. También encabezó la Asociación de Mejoramiento de Tortugas que su padre, Bobby, dirigió durante muchos años, y fue una figura importante en la fiesta anual de Nuestra Señora de Guadalupe y la comida comunitaria, donde sirvió a los asistentes. “Gonzales fue una defensora constante de las mejoras en su comunidad de Tortugas”, dijo el administrador del condado R. Fernando Macias. “Nuestros pensamientos están con su familia y nuestra comunidad también extrañará mucho su amabilidad, compasión y la dedicación que mostró por el mejoramiento de la sociedad”.

En su memoria, la Junta de Comisionados del Condado de Doña Ana proclamó el 12 de diciembre como el Día de Diane Gonzales. Gómez. Su hijo, José Gómez, y sus hermanos, Marty Gonzales y Frank Gonzales asistieron a la reunión de la Junta de Comisionados del Condado el 8 de diciembre y aceptaron una proclamación en honor a Diane Gonzales.

Repatriar la producción de PPE a América

El senador Lindsey Graham de Carolina del Sur, junto con los senadores Mike Rounds (Carolina del Sur) y Shelley Moor Capito (Virginia Occidental), ha presentado un proyecto de ley llamado “US Made Act de 2020”, que tiene el objetivo de devolver la fabricación del equipo de protección personal (PPE) de China a EE. UU. que se considera una prioridad nacional. Según el proyecto de ley de Graham, se incluyen toallitas higienizantes / desinfectantes, máscaras quirúrgicas / respiratorias, protectores faciales, batas quirúrgicas y artículos utilizados en hospitales como vendajes y ropa de cama. El proyecto de ley exigiría que todo el PPE sea de fabricación estadounidense en un plazo de cinco años. Graham está presionando para que el proyecto de ley se incorpore en el paquete de ayuda para el coronavirus de la Fase IV, si la Casa Blanca y el Congreso, y los republicanos y demócratas pueden llegar a un acuerdo.

No es sorprendente que el proyecto de ley esté respaldado por grandes asociaciones como el Consejo Nacional de Organizaciones Textiles, la Alianza para la Fabricación Estadounidense y la AFL-CIO. Durante el anuncio del proyecto de ley, Graham declaró: “El noventa por ciento de nuestro equipo de protección personal que nuestros médicos, enfermeras y trabajadores de la salud utilizan para mantenernos seguros se fabrica en China”. En el corazón del proyecto de ley, el gancho principal, por así decirlo, para restaurar a los fabricantes de PPE son los créditos fiscales para el equipo utilizado para fabricar PPE.

Estar en deuda con otros países por los suministros que se consideran una prioridad nacional es una posición en la que Estados Unidos nunca debería haberse puesto. Asegurar que haya suficientes suministros de PPE disponibles es una responsabilidad del gobierno para con sus ciudadanos. Es sorprendente que no haya sido una guerra, sino una pandemia global lo que está dejando esto muy claro. Existe un precedente para que el gobierno federal exija que ciertos productos sean de fabricación estadounidense. La Enmienda Berry, que se aprobó originalmente en 1941 y se convirtió en una parte permanente de las asignaciones posteriores en 1994, restringe al Departamento de Defensa el uso de fondos para la adquisición de ropa, alimentos, textiles, herramientas de mano y herramientas de medición que no sean estadounidenses. Esto asegura que, en tiempos de crisis, el ejército de los EE. UU. tendrá suministros críticos, como uniformes hechos en casa.

No está claro si todos los PPE se pueden fabricar en Estados Unidos en un plazo de cinco años. Esto requeriría un salto cualitativo en comparación con la situación actual. Sin embargo, con un mandato y un buen liderazgo, Estados Unidos puede mover montañas si es necesario. También podríamos considerar negociar objetivos de importación de PPE con socios comerciales confiables como Canadá y México. Esto podría ayudarnos con el cambio de China a América del Norte en cinco años. Luego de la implementación del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá el 1 de julio, la fricción comercial entre los tres vecinos parece estar asentándose. No queremos avivar estas fricciones, especialmente con estos dos valiosos aliados que han trabajado con nosotros durante la pandemia. Los insumos / componentes de México y Canadá pueden ayudar con la producción de productos fabricados en EE. UU.

Los incentivos son un buen comienzo en términos de atraer a las empresas de PPE a los EE. UU. Otro sería que otras agencias federales, estados, condados, municipios y agencias públicas se comprometan a comprar PPE de fabricación estadounidense. Esto garantizará a las empresas un mercado local en el que puedan tener éxito y crecer.

¿Y por qué no utilizar la base de proveedores locales o desarrollar uno que pueda suministrar este movimiento de PPE a los EE. UU.? También se puede desarrollar un programa preferencial para que estas empresas utilicen proveedores estadounidenses de telas, papel, metales, plásticos y otros materiales para fabricar sus productos. Quizás, se podrían ofrecer incentivos a los suministros de nivel uno, nivel dos y nivel tres que aumentarían su producción para permitir que el PPE llegue rápidamente a los Estados Unidos. Los incentivos podrían tomar la forma de créditos fiscales federales, subvenciones de capacitación laboral e incentivos de expansión para proveedores estadounidenses de insumos de producción de PPE que amplían su fuerza laboral en un programa nacional de reubicación de PPE.

En medio de las disputas partidistas en Washington, D.C., el proyecto de ley Graham deberá contar con la aceptación de ambas partes. Es probable que algunas partes cambien, a medida que se agreguen y eliminen disposiciones. Puede ser necesario fortalecer los incentivos o puede ser necesario desarrollar una combinación de incentivos. Independientemente, ahora es el momento de dejar de hablar sobre la elaboración de un plan para garantizar que EE. UU. no quede sorprendido durante la próxima pandemia y, de hecho, armar un plan viable. Este no es un problema republicano o demócrata, es un problema estadounidense para la salud (literalmente) de nuestro país.

Bienestar en cuerpo y alma

POR ISMAEL CALA

El Día Mundial de la Salud Mental se celebró recientemente en un escenario complejo. De acuerdo con una investigación de la Universidad del País Vasco (España) sobre los efectos de la pandemia, ahora hay mayor incertidumbre y preocupación por padecer el Covid-19 o perder a seres queridos; una disminución de la confianza y el optimismo, sobre todo en mujeres y en personas en mala situación laboral; y un aumento de la irritabilidad, otra vez con mayor afectación para mujeres y desempleados.

Si no actuamos ahora, al unísono de la investigación con vacunas y tratamientos, el panorama post-pandémico será desolador para la salud mental de millones de personas.

Y actuar, obviamente, no es recetar más antidepresivos o ansiolíticos, ni construir más hospitales psiquiátricos. Ambas acciones son necesarias para atender algunas consecuencias; sin embargo, la idea es ser proactivos y evitarlas.

En respuesta a la sensación de ansiedad, según la consultora Llorente y Cuenca (LLYC), se ha producido un cambio rápido y amplio que pasa del “concepto de wellness [bienestar], centrado en el individuo, al de wellbeing [bienestar integral], una visión más holística que engloba a diferentes personas y sectores de nuestras sociedades”.

¿Qué significa esto? Una llamada a la participación de toda la sociedad en los beneficios del bienestar.
El wellbeing se define como el estado de satisfacción y tranquilidad que presenta una persona, gracias a sus buenas condiciones físicas y mentales.

“Si las sociedades y las empresas no son capaces de centrarse holísticamente en el bienestar de las personas (lo que incluye la salud física, emocional y espiritual), será casi imposible crear redes de seguridad que permitan a los ciudadanos volver al trabajo y ser productivos”, explican desde LLYC.

Por ello, siempre he apostado por los programas de bienestar en todas sus aristas: emocional, físico, social y financiero. Es lo que sucede cada noviembre en el evento “En Cuerpo y Alma”, que este año se celebrará en versión online, con un acceso más universal, más expertos y con la energía empoderadora y transformadora de siempre.

Para mantener el equilibrio en tiempos difíciles, “hay que agarrar al toro por los cuernos” y ponerse en marcha, como refleja un dicho popular.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia ha perturbado o paralizado los servicios de salud mental en el 93% de los países. Y, si como dice la propia OMS, la salud mental está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento, entonces busquemos nuestras propias herramientas. Vida saludable es mucho más que curarse o protegerse de una enfermedad.

¿Cuál es la pareja ideal?

POR DRA. NANCY ÁLVAREZ

Según las teorías e investigaciones de diversos psicólogos, las relaciones con amigos, hermanos, novios y amantes o esposos dependerán de cómo nos relacionamos en la infancia con nuestra madre, padre y persona que nos cuidó.

Para ser una persona segura de sí misma y, por ende, tener relaciones funcionales en la adultez, los niños necesitan amor y un vínculo estrecho en esas primeras relaciones. Necesitan tener la certeza de sentirse amados y aceptados como son. Si este apego fue bueno, si mamá, papá y quien nos cuidó estuvo ahí para nosotros y nos dio amor, seguridad y un gran vínculo de afecto, entonces tendremos una persona segura emocionalmente que podrá establecer “una pareja segura”.

La estabilidad emocional, la autoestima y la seguridad en nosotros mismos está muy determinada por estas primeras experiencias. Podemos entonces tener personas seguras, sin miedo a la cercanía, a la intimidad o personas evasivas y ansiosas, con serias dificultades para establecer relaciones sanas y funcionales. Estas últimas serían estarían sufriendo trastornos de ansiedad y depresión.

¿Cómo son las personas seguras?

Se sienten cómodas dependiendo de los demás y que los demás dependan de ellas. No les preocupa en exceso que le abandonen. Manejan bien la intimidad y la autonomía. No temen a la cercanía emocional, son felices y confiados en sus relaciones. No les preocupa demasiado estar solas. Buscan y dan más apoyo a sus parejas, expresan sus preocupaciones y no usan estrategias defensivas o destructivas para solucionar los problemas. Sus relaciones se caracterizan por una mayor duración, confianza, compromiso e interdependencia que en los inseguros.

Reconocen su disgusto y aprenden de la experiencia, con fines constructivos. Un amante seguro se siente a gusto con sus relaciones, pero también con su autonomía. No teme la proximidad, ni le preocupa el rechazo. Busca el apoyo de su pareja cuando lo necesita y sabe darlo en reciprocidad. Transforma los problemas en oportunidades para construir confianza.

Los seguros son personas que pueden vivir perfectamente sin establecer vínculos estables de pareja. Saben disfrutar su soledad. No son celosos ni posesivos, tienen ideas sobre los amores realistas y positivos. Si es necesario terminar una relación, lo hacen y saben vivir el luto y aprenden a rehacer su vida. Los adultos seguros recuerdan a sus padres como personas accesibles, cálidas y afectuosas. Son flexibles.

Así, la pareja casi perfecta sería entre dos personas seguras.

Se apoyan uno al otro, y alternan roles de dependencia y soporte, según las circunstancias. Cada uno sabe apreciar los pensamientos y sentimientos del otro, sin proyectar los propios. Ambos son capaces de expresar sus necesidades y reconocer las del otro. Ambos llenan las necesidades que todos tenemos de sentirnos amados, cuidados y comprendidos.

Dios no nos permite perder el tiempo. La pareja es el lugar perfecto para crecer y desarrollarnos, allí aprendemos lo más importan “Lo esencial es invisible a los ojos”, como escribió Antoine de Saint-Exupery en “El Principito”.

Los pronósticos sobre el colapso de Estados Unidos

Publicado originalmente en septiembre de 2020

Los expertos llevan varias décadas pronosticando el fin del “siglo americano”, y hasta ahora se han equivocado. Pero varios nuevos rankings mundiales publicados durante la pandemia de COVID-19 están generando nuevos temores sobre el futuro de Estados Unidos.

La caída de Estados Unidos en varios de estos rankings está atrayendo una atención especial en medio del escándalo en torno a la grabación en que el presidente Donald Trump admitió al periodista Bob Woodward que mintió al pueblo estadounidense sobre la gravedad de la pandemia. Esa mentira puede haber costado decenas de miles de las 195,000 muertes por COVID-19 en Estados Unidos.

Mientras que varios otros presidentes en el resto del mundo usaban mascaras faciales e instaban a la gente a mantener la distancia social, Trump se burló de esas medidas e insto a los estados a abrir sus economías durante los primeros meses de la pandemia, a pesar de que sabía cuan letal era el virus.

Trump dice ahora que quería evitar el pánico, lo que es difícil de creer, dadas sus diarias advertencias alarmistas sobre las protestas del movimiento “Black Lives Matter” e imaginarias invasiones de inmigrantes mexicanos si pierde las elecciones. Lo más probable es que Trump haya mentido para evitar una caída de la bolsa de Wall Street que podía dañar sus posibilidades de reelección. Sea lo que sea, lo concreto es que la respuesta de Trump a la pandemia fue desastrosa. 

Con solo el 4.2% de la población mundial, Estados Unidos tiene el 22% de las muertes por COVID-19 en el mundo, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins. 

Estados Unidos ocupa el puesto 32 entre 36 países en su respuesta a la pandemia, según un nuevo índice de Foreign Policy Analytics, el brazo de investigación de datos de la revista Foreign Policy. Entre los países que hicieron un trabajo mucho mejor que Estados Unidos se encuentran Senegal y Kenia, dice el estudio. 

Pero, más allá de la respuesta de Trump a la pandemia, otros rankings que miden datos económicos y sociales también apuntan a una caída de Estados Unidos. 

El Índice de Progreso Social 2020, que mide 50 indicadores de bienestar, coloca a Estados Unidos en el puesto 28 entre 163 países. En 2011, Estados Unidos ocupaba el puesto 19 en ese índice. 

Otro estudio masivo, el Informe Mundial de la Felicidad 2020, basado en parte en la Encuesta Mundial Gallup, coloca a Estados Unidos en el puesto 18 de 153 países, por debajo del puesto 15 que ocupaba en 2015. El ranking está liderado por Finlandia, Dinamarca y Suiza. 

Cuando se trata de la imagen de Estados Unidos en el exterior, en general ha disminuido en las últimas dos décadas, aunque todavía supera a la de China, según otro estudio del Pew Research Center. Sin embargo, como dice el ex canciller de México, Jorge Castañeda, en su nuevo libro “Estados Unidos, en la intimidad y a la distancia”, lo que el describe como “civilización estadounidense” puede estar en declive, pero está lejos de acabada.

El sistema político de Estados Unidos se ha vuelto disfuncional, entre otras cosas porque su obsoleto sistema de votación en un Colegio Electoral que privilegia los estados rurales menos poblados no refleja la realidad política del país. 

 Mientras que el Partido Demócrata ha ganado el voto popular en varias de las más recientes elecciones, el país ha estado gobernado por presidentes republicanos durante 12 de los últimos 20 años. Eso ha llevado a una “parálisis política” que no ha permitido reformas importantes en temas como leyes de control de armas, la inmigración y los derechos civiles, dice Castañeda. 

“Estados Unidos todavía está muy por delante de China, y probablemente lo seguirá estando durante los próximos 40 o 50 años por su superioridad económica, militar y cultural”, me dijo Castañeda. “A largo plazo, China e India probablemente superarán a Estados Unidos, pero no creo que eso vaya a pasar pronto”. 

Estoy de acuerdo. El terrible manejo de Trump de la pandemia de COVID-19, las relaciones raciales y los asuntos mundiales probablemente estén acelerado la caída de Estados Unidos en los rankings. Pero, especialmente si las encuestas actuales son correctas y Trump no es reelecto, Estados Unidos probablemente seguirá manteniendo su primacía entre las potencias mundiales en un futuro próximo.

RECICLANDO MIENTRAS DISFRUTA DEL AIRE LIBRE Por PETER R. IBARBO – Coordinador de Educación y Contacto Público

¿Sabía que la mayoría de los desechos de excursiones, campamentos o viajes de caza
se pueden reciclar?

A medida que los parques recreativos y las tierras públicas comienzan a reabrirse, queremos recordarles a todos que tengan en cuenta sus desechos cuando visiten la naturaleza. Una pequeña cantidad de basura desechada puede tener un impacto devastador en la vida silvestre y el ganado. La ingestión de desechos de metal y plástico puede causar tumores, infecciones y enfermedades fatales en las vacas y animales nativos de Nuevo México.

Puede tomar hasta setenta años a una botella de plástico, cuatrocientos cincuenta años a unas porta latas de “six-pack” y quinientos años a latas de aluminio para descomponerse en el desierto. Incluso los envoltorios de dulces pueden dañar a nuestras especies nativas y esos envoltorios de plástico delgados tardan hasta tres meses en descomponerse.

Una cosa importante que la gente debe saber acerca de dejar basura al aire libre es que es ILEGAL.

Ayúdenos a proteger nuestro medio ambiente, la vida silvestre, la agricultura y la industria del turismo siguiendo estos sencillos consejos de reciclaje al aire libre:

• Separa lo reciclable de la basura regular.
• Vacía y enjuaga los plásticos y metales.
• Empaca todos tus reciclables en una bolsa separada.
• Pon tus reciclables en el contenedor azul o en algún
contenedor de reciclado cerca de tu casa.
• Recuerda vaciar las bolsas en el contenedor dejando
todos los reciclables sueltos.

Puedes reciclar:

Plástico: Botellas y envases de plástico

Cartón: Cajas, empaques de cereal

Metal: Aluminio, latas y botes de acero

Papel: Periódicos, papel de oficina, correo y bolsas de papel